no se trata de mirar, sino de saber ver

no se trata de mirar, sino de saber ver

martes, 22 de abril de 2014

no será mejor tarde, ni nunca

Say something I am giving up on you



Pudiste. Antes me mentalicé para hacerme creer que realmente no podías dar más de ti. Pero ahora sé que no. Ahora veo esos detalles que tanto me faltaron en su día, esos que me hubieran hecho sentirme tan dichosa que no hubiera cabido en mí de la alegría. Y me duele. Créeme que preferiría seguir pensando que no eras capaz, en lugar de darme cuenta de que no fue porque no quisiste. Yo tiré todo de mi, y digo tiré porque no fue dar, porque ahora me arrepiento, porque no me parece justo, de hecho, no es justo. Ni te imaginas lo que te va a costar encontrar alguien tan maravillosamente especial como lo soy yo. Porque no te quiero nada ya, ni siquiera te quiero en mi vida. Todo lo que estás haciendo ahora, todo lo que me echas de menos, es lindo. Pero ya no sirve. 

lunes, 21 de abril de 2014

¿Y si sí?



No te imagino diciéndome que me extrañas. Igual que no te imagino pidiéndome perdón por absolutamente nada. Tampoco imagino momentos difíciles ni malas rachas ni orgullo no pactado. No imagino estar sin verte y que duela. Ni siquiera nos imagino por caminos distintos. Y no es me haya propuesto ser optimista de repente y verlo todo de la mejor manera posible, o que me haya dado por pensar en las cosas que realmente no quiero para nada en mi vida, sino que nos veo andando por el mismo sendero y de forma totalmente natural, así, juntos. Juro que no me he esforzado por ello, igual que me gustaría que no fuera así pero, ¿qué se puede hacer en contra de la imaginación, si resulta que va a su aire y revolotea por donde le place?

domingo, 6 de abril de 2014

Ya veremos mañana


No me pidas más susurros que hoy no me apetece cantarte. No me tientes, que me espantas. Vete. Quiero estar sola y experimentar lo que es sentir que soy dueña de todo lo que hago, y que todo, algun dia, tendra sus consecuencias. O quizás no. No me importa perderme, saltar, volar, chillar. Quiero sentir que si quiero, puedo. Que eso en la teoria siempre queda claro.
Hoy me siento bien..¿mañana? Quien sabe..
Hoy no soy buena, ni amable, ni dulce. Hoy soy todo lo que nadie desea, ese ser que puede extraer y succionar lo que necesita sin dar nada a cambio, ni siquiera las gracias.
Se que no necesito a nadie más que a mi misma, hoy.
Hoy sé que puedo.
Hoy no te quiero pero que nada, solo me quiero a mi.
Hoy.
Ya veremos mañana...

lunes, 31 de marzo de 2014

encuentra-me

No lloras por la pérdida o por la ausencia, lloras por el futuro, por los sueños y los planes que tenías en la cabeza, que se han ido.
Hay un dicho muy bueno: "tienes que renunciar a la vida que habías planeado y buscar la vida que te está esperando".
Durante nuestra vida, crecemos a base de renunciar a cosas, de pérdidas y de avances, cosas grandes y pequeñas; cómo afrontamos esas pérdidas es lo que define quiénes somos.
[...]
Pero escucha, no necesitas que ella te diga lo que tienes que hacer, sino encontrarte; tener un sitio en el que poder hablarte a tí misma y escuchar lo que piensas tú, no ella. Sabrás lo que debes hacer y lo que no. Cuando sea el momento de pasar página, lo sabrás. 

seré tanto...

No me repitas qué es lo que me viene bien. Ya te he dicho mil veces que soy adicta a caerme, tantas veces como sea necesario como para aprender a ver por mi misma eso que me lastima, esa recta con tendencia al daño. Quizás no necesito todas esas cualidades que detesto y que me sacan de mis casillas, pero quizás aprenda esta vez a sacar lo que sí que necesito. No quiero tener nada que ver con esa parte de mi que dejó de hacer las cosas que quería hacer cuando porque y como quería. Cuando eche la vista atrás y vea a esa pobre coja perdida, durante un tiempo, hasta que encontró su misión y todo volvió a lo que tenía que ser. Mientras tanto me miro en mi futura y me pido que sea lo mejor que pueda, que yo ahora estoy hasta los topes, que hago lo que puedo pero que confío en ella para sacarnos de esta. Que estoy haciendo lo posible para que todo esto se alargue lo menos posible, hostias, que solo tengo 20 años. Es tan desquiciante como cinco bien y otros siete mal. Y así sucesivamente.

miércoles, 26 de marzo de 2014

YO, me, mi, conmigo

Cuando tienes tanto y nada que decir es mejor dejarse escribir, guiada por los renglones rellenos de frases sinsentido que dicen todo lo que quieres decir sin saberlo. Yo, que soy una persona sin más, más para allá que para acá, tan inestable como los días y tan alegre como el sol cuando quema después de una larga temporada de invierno frío. Yo, que lleno con mi risa salas de colores y transformo los días grises en atardeceres llenos de luz. Yo, que me entrego por quien me llena y que daría todo por mi sangre, que tengo capacidades para desarrollar todo lo que me proponga, que tengo el poder de resolver todo. Yo, que puedo ser tan dulce como un beso o tan fría como un glaciar, que puedo hacer que te sientas entre mantas o como un mendigo en pleno diciembre. Yo, que sé dónde apuntar con la flecha y tengo puntería, que apuntaba maneras, que mi camino estaba claro y yo muy definida. Que fui lo más seguro de uno mismo que nadie puede imaginar. Que dediqué horas y horas a alabarme, a mirarme en el espejo y decirme “te quiero” a sonreírme los días en los que me caía mal, a dar todo el amor que siempre me ha faltado. Yo, que ahora me reduzco a menos del cuarto de la mitad de todo eso. Yo, que ahora dudo a diario de quien soy, que me pruebo la ropa tantas veces que ni la ropa me soporta, que no doy amor a nadie porque ni lo tengo para dármelo a mi, que lloro, que rio, que lloro, lloro y rio y lloro. Yo, que ya no quiero estar sola y que me canso del tiempo conmigo misma, que la gente me da pánico y me agobia, que no me entiendo ni yo, que dudo de donde vengo y ni se a donde voy. Que no es que me haya dejado nada por el camino, que he compartido todo, y que todo sigue en mí. Pero está en vacuolas, muy dentro, que tengo endocitada toda mi esencia. Allí lo guardé un día pensando que no había mejor baúl que uno mismo, y que encima el mío era sinfín. Pobre ilusa de mí, que mira que me costó meterlo todo ahí, apretujado y amontonando unas cosas sobre otras, pensando que lo peor había sido conseguir que entrara, no dándome cuenta de que lo peor estaba por llegar cuando intentase sacar algo de ahí. Porque para sacar lo que está abajo del todo, antes tiene que salir lo que está encima, aunque no quieras, y ya no va  a salir cuando tú quieras, sino cuando esas cosas puedan salir, cuando deje de hacer presión hacia dentro. Aquí le hablo a mi inconsciente pidiéndole que desate las cuerdas de lo que duele, que las corte con navajas y que las tire o se las coma o salte a la comba con ellas, que necesito sacar todo eso, que me pesa, que no es más que una carga, que tenemos que estar bien todos aquí, y que en este arca ya hay demasiado peso y yo quiero seguir viviendo. 

miércoles, 12 de febrero de 2014

dicen que dicen

No sé si habeis jugado alguna vez al juego éste que consiste en tirar de una cuerda hacia lados opuestos, para ver quién tira con más fuerza. Yo sí, de enana. Recuerdo que era un juego bastante entretenido, aunque el tacto de la cuerda con la fuerza con la que tirabas, te dañaba las manos. 

Es curioso cómo pasa el tiempo, y cómo esa experiencia, en la vida, se traduce en sensaciones y en sentimientos que juegan a lo mismo, y aun sin ser algo físico, parece que duele incluso más. Como el típico "quiero y no puedo", "puedo y no quiero", "quiero, ¿pero debo?",...

No os podéis hacer una idea de lo confuso que es tener esta paradoja día tras día. "A lo hecho, pecho", dicen por ahí, sí, pero cuando una parte de tí ha dejado ir a lo que ama, mientras que otra parte de tí sabe que no es lo que debes amar, vives en un subeybaja, de estos de los parques de los niños pequeños, de estos que te puedes tirar horas y horas, y que al final termina hasta mareando. Si nos fijamos, el mundo está lleno de ese vayven; las olas, las nubes, un baile,...

¿Quíen dijo equilibrio en temas de amor? nadie dijo que fuese fácil, pero tampoco nadie dijo que fuera una putada